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SEGUNDA "DELANTERA ELECTRICA"

segunda eléctrica
 
"Casuco", Gallart, Lángara, "Herrerita" y "Emilín" en Buenavista antes de un encuentro
 
LOS NÚMEROS DE LA SEGUNDA ELÉCTRICA (EN LIGA):
TEMP.
nº jornadas
goles
media p.p.
categ.
otros

1933/34

18

51

2,83

1ª div.

2º máximo goleador de la categoría

1934/35

22

60

2,73

1ª div.

2º máximo goleador de la categoría

1935/36

22

63

2,86

1ª div.

máximo goleador de la categoría

TOTAL

62

174

2,81

1ª div.

 

            El ala derecha y el delantero centro de la delantera que había logrado el ascenso repite, modificándose el ala izquierda con una pareja que quedaría unida para siempre dentro de la historia, no sólo del fútbol ovetense sino del fútbol nacional. «CASUCO», GALLART y LÁNGARA estaban en el mejor momento de sus vidas deportivas y el complemento con «HERRERITA» (que tuvo que adaptarse y cambiar de banda pues en el Sporting jugaba por la derecha) y «EMILÍN» iba a lograr mejorar el conjunto, algo difícilmente imaginable.

            LÁNGARA se convertiría en indiscutible, no sólo para el Oviedo, para quien ya lo era, sino también para el equipo nacional, y fue mundialista en Italia en 1934. El máximo goleador de la categoría en esas tres primeras campañas del club en 1ª división marcó unos registros difíciles de igualar: 80 goles en 61 partidos de Liga (sólo dejó de jugar un encuentro). Con la selección, 17 goles en 12 actuaciones.

            El sustituto de GALÉ iba a ser un muchacho que con sólo 19 años alcanzaría la internacionalidad y mejoraría, si cabe, el rendimiento del avilesino retirado (GALÉ había nacido en Gijón pero muy pronto se había tasladado a vivir a Avilés, de donde se consideraba). Si sólo llegaría a vestir la camiseta nacional en seis ocasiones fue debido a los pocos partidos internacionales que se jugaban entonces y a lo mucho que le castigaron los defensas rivales provocándole numerosas lesiones. «HERRERITA» debutaría con la camiseta azul el 3 de septiembre de 1933 en Buenavista recibiendo al Club Gijón en partido del campeonato regional. La expectación, tras lo sonado de su fichaje al pagarle la cantidad de 30.000 ptas. (una cifra desmesurada, totalmente inhabitual en el fútbol de la época, sólo inferior a las manejadas en la operación del fichaje de Ricardo ZAMORA por el Madrid) era grande. Además estaba el hecho de haberle arrebatado al eterno rival a quien se presumía iba para figura. El Oviedo alineó esa tarde a: ÓSCAR; "CALICHI", SIÓN; CASTRO, SIRIO, "CHUS"; «CASUCO», GALLART, LÁNGARA, «HERRERITA» y «EMILÍN». Ganó el Oviedo 10-0, «HERRERITA» anotó tres goles y la leyenda de la segunda "delantera eléctrica" daba comienzo.

            Las goleadas en el Campeonato de Asturias se sucedían (46 goles marcados en 8 partidos sería el balance final) y como última prueba de fuego para el inminente debut en 1ª división, había que jugar en el Molinón el 22 de octubre frente al Sporting. Los gijoneses sólo pudieron sacar de bueno la taquilla (más de 50.000 ptas.) y perdieron por un rotundo 2-8. MUGARRA había entrado en lugar de CASTRO como única novedad en relación a la alineación citada anteriormente y el equipo funcionaba de maravilla. Sólo quedaba la duda de comprobar si frente a rivales de mucho mayor potencial sería lo mismo y a fe que bien pronto se salió de dudas al endosarle al Barcelona un escandaloso 7-3 en la primera jornada liguera.

            El equipo iba a tener siempre el inconveniente de encajar excesivos goles, pero la delantera iba a resultar temible para todos los rivales (sobre todo en Buenavista, donde ganar se iba a convertir en algo casi imposible).

            Cuando «HERRERITA» se ajustaba los pantalones y se escupía las manos, todos los presentes sabían que estaba a punto para desencadenar una tormenta sobre la portería rival. Sus portentosas facultades físicas las traducía en un juego brillante y arrollador. El mejor jugador asturiano de todos los tiempos, uno de los más brillantes interiores del fútbol español de toda su historia, era un fuera de serie, un genio del balón, con todo lo que ello representa. Por algo fue apodado "el mago".

            Y como complemento del genial «HERRERITA», el entrenador Emilio Sampere iba a colocar como extremo izquierda a «EMILÍN», relegando a la suplencia a INCIARTE. «EMILÍN» formaba parte de la plantilla azul desde que había sido fichado en 1929 procedente del R. Juvencia de Trubia, donde jugaba como delantero centro, si bien no acababa de jugar regularmente. Se puede decir de él que fue el primer fruto importante de la labor de cantera que había iniciado el entrenador checoslovaco Fibver en su año de estancia en la capital del Principado. Patricio O'Connell fue quien lo empezó a utilizar como extremo izquierda, pero con Tonijuán de entrenador el titular era INCIARTE.

            «EMILÍN» era la precisión personificada. La efectividad práctica de su juego compensaba sus puntos débiles (la velocidad, que fue perdiendo con los años y el remate de cabeza). Puso de moda una forma de lanzar los saques de esquina y las faltas que causó sensación y que no era otra que ejecutarlos directamente a portería con una rosca que sólo él sabía darle al esférico. Así logró más de un gol.

            En mayo de 1935 «HERRERITA» que ya era internacional— y «EMILÍN» que habría de esperar aún unos años para serlo—, estaban en la agenda del seleccionador para jugar dos encuentros con España en Portugal y Alemania, pero ninguno de los dos acudió en lo que hubiese podido suponer que se juntasen varios integrantes de esta segunda "eléctrica" en el combinado nacional y a un número insólito de oviedistas, ya que LÁNGARA era titular y SOLADRERO también figuró en la convocatoria y jugó frente a los portugueses. Además viajó «CASUCO», que perdió la ocasión de defender la camiseta nacional en el encuentro en Alemania por el castigo federativo que se le impuso por los incidentes que protagonizó en un cabaret en la noche del encuentro en Portugal.

            La temporada 1935/36 esta delantera alcanzó la plenitud de su poderío goleador. Sus integrantes habían alcanzado un grado de compenetración extraordinario y en las primeras diez jornadas ligueras habían marcado ya 37 goles (17 LÁNGARA y 11 «HERRERITA»). Pero esa décima jornada (5-2 al Osasuna) disputada el 12 de enero iba a ser la última en que los cinco integrantes formasen juntos. Diversas circunstancias, sobre todo lesiones, hicieron que esa tarde se cerrase un ciclo irrepetible. LÁNGARA acabó la temporada liguera con 27 goles anotados y «HERRERITA» se quedó en 15. La Guerra Civil impediría que se volviesen a juntar sobre un campo de fútbol.

 
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