JUGADOR Y PRESIDENTE

            El nombre de José María Velasco seguramente no le diría mucho a un aficionado al fútbol de la segunda mitad de los años veinte del siglo pasado. Sin embargo el de «CHUCHÉ» sí. Era el apodo por el que era conocido un joven que con sólo 17 años debutó con la camiseta del Real Oviedo en un partido contra el Racing de Gijón perteneciente al campeonato regional disputado el 23 de enero de 1927. La lesión de LORENCES hizo que Mr. Pentland apostase por él como extremo derecho (pese a que habitualmente ocupaba la posición de interior) y que realizase otra innovación táctica mucho más sorprendente, como fue la de situar a «TRUCHA» como delantero centro. La variante del nuevo ariete fue un rotundo fracaso y los oviedistas cayeron derrotados en el campo de Viesques por 2-1, pero la actuación de «CHUCHÉ» en la banda derecha había sido brillante.

            Puede decirse que la historia del Real Oviedo y la de José María Velasco, «CHUCHÉ» están unidas desde el principio. Antes de la fusión había pertenecido al Deportivo de Oviedo, donde jugaba su hermano OBDULIO, integrante también del primer Real Oviedo de la historia, y al Club Zabala.

            Pese a su juventud pronto destacó y sus cualidades llamaron la atención de los grandes equipos de la época. El Barcelona se interesó por sus servicios tras destacar en los partidos disputados contra el Real Oviedo en abril de 1928 correspondientes al campeonato de Copa.

            El 22 de abril de 1928 España jugó contra Italia en el Molinón. Ese partido se tendría que haber disputado en Oviedo, pero la precariedad de las instalaciones del campo ovetense de Teatinos motivó el cambio de escenario. «CHUCHÉ» tuvo que ver como jugaba el sportinguista ADOLFO y no pudo convertirse en el primer jugador internacional de la historia del Real Oviedo, cosa que hubiese logrado casi con total seguridad de haberse disputado el encuentro en la capital del Principado.

            El enfrentamiento copero contra el R. Madrid en diciembre de 1928 iba a suponer otro espaldarazo en la prometedora trayectoria que llevaba pese a su juventud por cuanto su labor fue destacada por la prensa tanto en el partido de ida en Chamartín (5-0) como en el de vuelta en Teatinos (2-4) pese a las abultadas derrotas del equipo. A nivel nacional, el Real Oviedo tenía otro jugador conocido (hasta ese momento habían sido ZABALA y ÓSCAR los más populares).

            El 24 de noviembre de 1929, con 20 años de edad, una entrada del jugador del Stadium Avilesino ARMANDO en un partido del campeonato regional disputado en Teatinos, cortó de cuajo lo que estaba siendo una meteórica carrera como futbolista. Una lesión de menisco (grave sólo en aquellos años) le obligó a pasar por el quirófano y su rodilla ya nunca volvió a ser la misma (se dijo que si bien la operación había resultado un éxito, el postoperatorio no se había realizado convenientemente). Reapareció el 13 de abril de 1930 en el campo de Guinardó en encuentro de vuelta de 1/16 de final de Copa frente al Europa de Barcelona (2-0) y se comprobó que ya no era el jugador hábil, rápido, preciso en el centro y de duro disparo de antes. No volvería a jugar con el Real Oviedo y al final de temporada causaba baja con 21 años recién cumplidos.

            No se resignó a abandonar la práctica del fútbol y llegó a ser fichado por la Real Sociedad siendo el único jugador no vasco de la plantilla. Tras permanecer en San Sebastián toda la pretemporada asumió que pese a los cuidados recibidos su rodilla no respondía y se vio obligado a abandonar. Cursó estudios de Derecho coincidiendo con otro jugador azul que abandonó pronto la práctica deportiva: GALÉ.

            Si su vida como deportista fue efímera, en la vida social iba a demostrar unas dotes gerenciales, de mando y de organización que aplicaría en su etapa como presidente del Real Oviedo. Se hizo cargo del negocio familiar, fue Juez suplente de Tineo, Alcalde del mismo concejo y Diputado provincial.

            En 1958 entraría a formar parte de la directiva presidida por Silvela y tres años más tarde accedería a la presidencia sustituyéndole, alcanzando el gran logro del tercer puesto en temporada 1962/63. Tras dimitir en diciembre de 1964 volvería a ocupar el cargo de presidente otras dos veces, entre julio de 1965 y febrero de 1967 y desde julio de 1972 —por petición del Gobernador Civil— hasta el mismo mes de 1977. También presidió juntas gestoras en otras dos ocasiones.

            Fue llamado "el presidente austero" al igual que su antecesor y se le echó en cara haber vendido a las figuras del momento, sobre todo a «PAQUITO» y SÁNCHEZ LAGE al Valencia tras la gran campaña 1962/63 y por una cantidad que parecía más que escasa, 2,5 millones de ptas. el primero y 400.000 el argentino. Pese a la precariedad económica en la que se movieron sus mandatos supo descubrir valores como Vicente MIERA para el banquillo o el de «MARIANÍN» para el campo.